Queso Curado en Cerveza
El Queso Curado en Cerveza se desarrolló con el objetivo de conseguir un queso moderno y descarado, atrevido y sin complejos. Un queso que cautivará a los amantes de la cerveza, así como los consumidores de queso más exigentes y que buscan encontrar sensaciones nuevas e intensas, con las cuales seguir disfrutando de un buen queso. De esta forma nació el queso a la cerveza, que tras años de desarrollo y mejora continua fue adquiriendo una personalidad propia, no solo organoléptica con matices a la fermentación hidroalcohólica y láctica, sino también con su presentación interior y exterior, que busca el potenciar al máximo su sabor.
Tras múltiples pruebas con diferentes cervezas artesanas, observamos que no todas las cervezas eran aptas para elaborar el queso curado en cerveza. Tras ensayo y error observamos que la cerveza que mejor equilibra el sabor del queso es una cerveza negra, con gran densidad. Pues esta variedad de cerveza le aporta un mayor cuerpo, aroma y pigmentación a la masa del queso. Gracias a los amigos de Domus Kraft Beer, que nos apoyaron desde el principio en el proyecto, conseguimos un proveedor de la máxima calidad para la elaboración de nuestros quesos curados en cerveza.
En la elaboración del queso curado en cerveza, hay que tener presente las tres fases del proceso: curación, maceración y afinado.
La curación es la primera fase, a través de la cual se va a obtener los sabores característicos del queso, que finalmente serán las características sensoriales principales, para ellos es fundamental tener un queso curado de alta intensidad de sabor que evite quedar enmascarado por el sabor final de la cerveza. Durante los 5 primeros meses de curación se madura y afina según el proceso tradicional con la leche cruda de nuestras ovejas y afinado en bodega con corteza natural.
Una vez que alcanza la maduración optima, comienza la fase de maceración, donde el queso se sumerge en cerveza y durante dos meses estará macerándose. Quizás es el punto más complejo y delicado del proceso, pues no solo requiere saber escoger la cerveza idónea, sino también controlar al máximo el tiempo y la temperatura de maceración, con el objetivo de conseguir la fusión del queso y la cerveza y a la vez que dicha fusión sea equilibrada.
En la última etapa de afinado el queso se estabiliza con un periodo de oreado, para conseguir reducir la humedad y con ello alcanzar un queso equilibrado, impidiendo que pueda evolucionar de manera incontrolada, motivo por el cual también se protege por una fina capa de manteca para mejor dicho equilibrio, alcanzando así un queso equilibrado tanto en intensidad de sabor, como de aroma.
Una vez elaborado, solo nos queda disfrutar de su sabor y aroma tan personalizados. A la hora de maridar con un vino o con una cerveza el queso de cerveza quizás sea uno de los quesos más complicados, pues su mantecosidad y su alta intensidad de sabor enmascara sabores suaves o delicados. Por este motivo se recomienda degustarlo con cervezas lagers fuertes y ale intensas o vinos con largo tiempo de curación en barrica.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.